Apetecible expresión de la Naturaleza al ritmo que tú elijas

Apetecible expresión de la Naturaleza al ritmo que tú elijas
Sadza, mucho más que una comida
Hace relativamente poco tiempo
que estoy en el continente africano, pero, el pasado viernes, 13 de julio, fue
uno de los días para archivar en la memoria y poder recordar siempre, en donde
quiera que esté. Y es que tuve la gran suerte de ir al Village Ndembele y estar
toda la mañana con Mpisi, el gran chief de la tribu, que nos acogió como si
fuéramos de la familia, todo gracias a José Luis, quien lleva aquí 3 años y que
es muy querido en el Village. Además, fui con un grupo de españoles (Cris, Ana,
Fidel e Iván) que conocimos en el Lola´s Tapas and Bar y que estaban en su
penúltimo día de viaje –llenos de emoción y sin ganas de alejarse de este lado
del mundo, jeje…-.
Llegamos al poblado y allí estaba
Mpisi, esperándonos con una sonrisa radiante y pausada. El Village se compone
de unos cuantos chozos, donde vive con la familia. Todo en armonía, limpio,
impecable y con las cataratas Victoria perdiéndose en su horizonte, sensación
con la que empecé el recorrido, pues hicimos un tour, en el cual el chief nos
mostraba su casa y su forma de vida (las habitaciones, la cocina, su
despacho…). A todo esto, Mpisi es el chief desde 1974 y tiene 68 años, que no
aparenta en absoluto “el secreto de mi juventud es que es todo natural –reía-“.
Os contaré, a modo de resumen, algunas de las características de su forma de
vida, para pasar a relataros el almuerzo ofrecido, reflejo de la vida africana
–en cuanto a gastronomía se refiere- en Zimbabwe.
Pero, antes de servirse el plato combinado, nos sirvieron crema de calabaza y
estaba exquisita, creo que la mejor que he probado; calabaza y agua, a fuego
lento, en la hoguera, sin más añadidos, con una textura suave y algo rugosa
–pues no está triturada- en platos de madera –tallados por ellos mismos-, sin
duda, un sabor auténtico.
La calabaza es un producto muy consumido en Zimbabwe
y, por tanto, en crema o a la brasa, suele ser otro de los ingredientes más consumido.
El pollo, otro manjar, a la brasa, en su jugo, riquísimo (mi primo Mario
disfrutó con el pollo, decía “el mejor que he comido”, jaja). Y llega el turno
del sadza, el covo y el estofado, los 3 pilares de la dieta diaria de la
mayoría de los habitantes en Zimbabwe, pues es su plato más tradicional. De
hecho, cada día suelen comer esto, ya que es una comida muy nutritiva y barata,
cambiando la carne del estofado, según existencias (ternera, impala, kudú…); sólo comen una vez
al día, pero en cantidad abundante.
El sadza es como si fuera el pan
(insípido, como unas gachas de maíz blanco) y se va moldeando con las manos
“formando bolitas” que acompañan con la carne y el covo (una verdura similar a
las acelgas, que cocinan con ajo, cebollita y crema de cacahuetes). Personalmente,
el menú me encantó, el ambiente “singular y saludable” me enamoró y la
experiencia para no olvidar y para repetir –todos estábamos encantados,
extasiados con las anécdotas del chief y queriendo detener el tiempo por unos
momentos-.
Aún, me queda mucho por ver y por
probar (sobre todo, las carnes exóticas, que son deliciosas), así que, os
seguiré contando, porque, aunque el sadza es lo más típico, también aprenderé
y observaré cómo cocinan por esta parte del mundo y con qué productos –la mayoría son importados de
Sudáfrica-.PD: el otro día, en casa de unos vecinos que nos invitaron a una barbacoa, descubrí una salsa de chocolate -chocolate de cobertura, leche condensada y crema de cachuetes- para el helado de nata, a eso me refiero, a ir adquiriendo sus «mezclas y hábitos».
Os comentaré, brevemente, la
selección de tapas que podéis encontrar en estas tierras del desierto de
Kalahari, aunque yo, tenía muchas ganas de probar el cocodrilo, así que, opté
por la ensalada césar de cocodrilo –la primera vez que pruebo esta versión y
creo que la tomaré en más de una ocasión; muy buena, la carne de cocodrilo me
ha gustado mucho, similar al pollo, pero más fina y jugosa, también recuerda al
sabor de las ancas de rana. Aparte del cocodrilo y otras carnes autóctonas
(impala, kudu…), todas excelentes y recomendables, si tenéis la suerte de
dejaros ver por aquí, os recomiendo que echéis un vistazo a las Tapas de Lola:
Y, como COLD TAPAS, patatas al alli i oli o bravas, tapenade,
ensaladilla rusa, huevos rellenos, terrina de paté de caza, “pa amb tomaquet”,
sardinas en escabeche y la dama de las sopas veraniegas “el gazpacho”.
Hasta aquí, la oferta de tapas. Luego,
puedes encontrar desde sándwiches, hamburguesas o ensaladas (de cocodrilo,
pollo ahumado, etc…) y, como plato estrella y más representativo de la zona, “special
Zimbabwean game”: carnes autóctonas, kudú, impala, cocodrilo, ternera, jabalí, butter
buck, elan, avestruz.