No lo puedo evitar “soy camaleónica, soy géminis, de origen, y sinestésica por capricho”. Ya me conoces un poquito, aunque cuando te topes conmigo, si aún no lo has hecho, podrás llevarte otras impresiones. Me gusta charlar, me gusta el silencio contemplado, el cambio y la rutina.
Esta semana lleva un cambio implícito que no sé si funcionará o no, pero con mi fiel creencia en el “todo pasa por algo”, lo volví a hacer “volví a actuar por impulso guiándome de la intuición”. No te voy a contar cómo fue el comienzo, porque es otra sana locura de las mías. Últimamente, estoy haciendo cosas que jamás hubiera pensado, luego, honestamente, lo pienso y me río, jajaja… En fin, que no sé porque te empiezo contando mis cosas, si te importarán un pimiento, pero como empiezo a teclear y me dejo llevar, pues chica/o lo siento.
Los encuentros y su marcapasos en 3 indicios
Los encuentros son curiosos ¿Eh? Pueden ser programados, modificados, espontáneos o por sorpresa. Sea cual sea su partida, tras ellos, experiencias compartidas. Voy a contarte mis últimos encuentros que, casualmente, son variopintos y aúnan las 3 categorías de origen. Antes de contarte, anota esta frase “La carretera algún día, lleva a un pueblo llamado Nunca” (Ramón Dios, experto en Gastrocoaching).